domingo, 27 de mayo de 2012

LA ASCENSION DE JESUS

Al morir Jesús, hubo tinieblas por toda la faz de la Tierra. Al tercer día resucitó y se disiparon las tinieblas. Durante cuarenta días apareció en numerosas ocasiones a varias personas que le conocían. Después ascendió a los cielos, donde en un lugar invisible a nuestros ojos, tiene su trono celestial donde reina.
Nos guste o no, al morir cada uno de nosotros, el alma comparece ante la puerta del Cielo. Si en esta vida nos hemos reconciliado con Dios y nos hemos arrepentido de todos nuestros pecados, la puerta del Cielo se nos abre. Significa que en esta vida que ahora tenemos, hemos aprovechado el tiempo reconciliándonos con Dios,
por tanto, somos Hijos suyos (2ª Corintios 5:1).
Por el contrario, si esta vida la persona la desaprovecha y comparece ante Dios manchada por sus pecados, no puede acceder ante el Trono de Dios sucia de pecado ni ser digna de ser llamado/a hijo/a de Dios. Entonces va a un lugar eterno tormento donde se desea la muerte y dejar de existir, porque no hay esperanza de salida.
JESUS REINA EN EL CIELO. ENTREMOS POR EL CAMINO QUE DIOS NOS ENSEÑA. CREAN EN LOS EVANGELIOS Y ACEPTEN A JESUS COMO SEÑOR Y SALVADOR DE SUS VIDAS. PIDAN QUE EL ESPIRITU SANTO MORE EN SUS CORAZONES. 
A LOS QUE CREEN, NOS VEREMOS ETERNAMENTE EN EL CIELO.
DIOS LES BENDIGA.

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