En el siglo XIX se hicieron muchos descubrimientos. Lo malo es que han colado verdades y mentiras que todavía subsisten y no hay autoridad que las condene y se pase página en el asunto.
En dicho siglo se crearon muchas religiones (Adventistas del 7º día, Mormones, Testigos de Jehová y otas ya desaparecidas). En el campo científico la teoría de la evolución encadenó disparatadas conclusiones.
También se hicieron tres pruebas para determinar la velocidad de la luz. Se hubiesen podido ahorrar las molestias. Permítanme demostrar que la luz no viaja en el espacio. A simple vista fíjense en una estrellita diminuta. Debe estar a miles de años luz. Ustedes ven la luz del entorno de su centro. Están viendo la luz que produce la estrella en sus inmediaciones. Nuestro planeta Tierra, desde donde observamos, tiene una órbita alrededor del Sol y un movimiento de rotación. ¿Cómo puede viajar la luz miles de años y reflejar lo que alumbra a menos de un segundo luz a la vez de reflejar miles de años luz hasta nosotros?. IMPOSIBLE. Si así fuera veríamos en un lugar la luz de la estrella que alñumbró en su día un segundo luz de distancia y al moverse nuestro planeta, desde donde miramos, veríamos la luz que ha viajado hasta nosotros en otro punto. Sin embargo, habiendo tantísimas estrellas, observamos con nitidez el espacio. Esto solo es posible si la luz no viaja.
La explicación es como la ha tenido toda la humanidad hasta el siglo XIX que se dijeron tantas barbaridades en el nombre de la ciencia y tuvieron tantas críticas las explicaciones bíblicas hasta ridiculizarlas.
Rectificar es de sabios y no hacerlo aún los hace más necios.
Si el Universo no es infinito y observamos galaxias a 240.000 millones de años luz, expliquen la teoría del Big Bang que hace 450.000 millones de años que se formó el Universo de una explosión. Si así fuera, hasta la estrella fugaz más rápida sería lenta para viajar tantísimo en tan breve período de tiempo.
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