martes, 28 de diciembre de 2010

LA TIERRA VUELVE A POBLARSE

Estamos en Génesis capítulo 12. Ya hemos estudiado anteriormente que desde Babel se esparció la humanidad por toda la Tierra. En Asia Menor y Egipto iban a prosperar unas civilizaciones que marcarían la historia de su época. Los que se fueron más lejos muchos perdieron conocimientos tan básicos como la minería, para extraer principalmente oro, plata, hierro y cobre. También el uso de animales de tiro, muchas civilizaciones lo perdieron, especialmente las que poblaron América y el Africa Subsahariana. El atraso que esto les supuso dió lugar a que en muchos sitios se hallen instrumentos de piedra y equivocadamente se llamara Edad de Piedra a todas las civilizaciones de la Tierra.
Como he dicho en anteriores escritos, la gente procuró vivir de espaldas a Dios. Se inventaron nuevas religiones, innumerables dioses y espiritualmente la Tierra se volvió a corromper, pero no del todo.
Dios había dado unas promesas a Eva y tenía que cumplirlas. Fué precisamente en Asia Menor donde aún quedaba gente que generación a generación conservaba la memoria del Creador de todas las cosas y sus promesas.
En Ur de los caldeos, ciudad según se cree al sur de la Mesopotamia, cerca de la desembocadura del Eufrates, en el Golfo Pérsico, habitaba un hombre llamado Abram. Dios le dijo: "Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de tí una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en tí todas las familias de la tierra."
Analicemos estas promesas: Dios llama a un anciano de 75 años cuya mujer es estéril  y le dice que de él hará una nación grande. Entonces las naciones se formaban teniendo muchos hijos y además que supieran convivir y acatar la autoridad del que les gobernaba. A Abram le dice Dios que salga de la nación a la cual pertenece y vaya a un lugar desconocido donde Dios dirá, que estará poblado por otras personas y por tanto tendrá que matarlas o desplazarlas para ocupar su territorio.
Otra cosa, además de las bendiciones que le dará Dios, le dice que en él serán benditas todas las familias de la tierra. Humanamente hablando, esto sería difícil de creer, pero para Dios no hay nada imposible. ¿Alguien puede creer que unas promesas que hizo Dios a un hombre hacia el 2.000 a.C. afectan a familias del siglo XXI d.C.? Pues así es. Esto testificamos los cristianos, porque en Abram y después su hijo Isaac y su nieto Jacob Dios hizo unas promesas a la humanidad que están contenidas y ligadas con el resto de la Biblia hasta el fin del mundo.
La persona que piensa que ésto no es para él, se equivoca y se pierde el precioso regalo de Dios. En Jesús tenemos vida eterna y ésta es la bendición que Dios promete a Abram para todas las familias de la Tierra.
Dios esperó a que la humanidad se pudriera espiritualmente para llamar a un candidato humanamente descartado para tal misión y lo colma de bendiciones. Esta es una manera muy típica de reírse Dios del poder de Satanás y así humillarlo más y más.
Satanás, por su parte, infundirá miedo a Abram, que viene a estar unido a la desconfianza (Gén. 12:19) y tratará que desobedezca a Dios, que la esterilidad sea un impedimiento para que tenga descendencia y como no, que no le falten enemigos a Abram. a ver si alguno se lo carga y así Dios fracasa.
Lo que sucede es un recochineo tan grande que hasta diría "humillante"  para el derrotado Satanás.
Acompaña a Abram su esposa, siervos y su sobrino Lot.
En caso de estar muy interesados en este tema, pienso que sería interesante que se proveyeran de un comentario del Antiguo Testamento.Siempre es bueno compartir diferentes opiniones de diversos teólogos.

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